RADIOACTIVIDAD EN EL MAR

Por Natalia Lacorte

En Japón se vieron obligados a verter aproximadamente 60.000 toneladas de agua contaminada en el mar. El yodo radioactivo presente en el mismo es ahora 7,5 millones de veces más que lo normal.

Según TEPCO (Tokio Electric Power, compañía eléctrica que gestiona la central nuclear de Fukushima), se detectó en el mar un nivel de yodo radiactivo extraordinariamente superior al permitido por ley. Las aguas más afectadas son las próximas a la central nuclear que está ubicada en Fukushima, a 240 Km. de Tokio. Esta central fue la más perjudicada por el terremoto y posterior tsunami que el pasado 11 de marzo dejó alrededor de 28.000 muertos o desaparecidos y arrasó con la costa noreste de Japón.

El agua contaminada se comenzó a verter al mar como medida de emergencia. Con esto se buscó dejar espacio para almacenar agua aún más contaminada que la que se arrojó al mar. La medida fue necesaria para evitar riesgos aún más grandes y graves. Sin embargo, según el ministro de Industria Banri Kaieda, la contaminación que provocará este vertido de agua en el mar no supone un riesgo para la salud. Aún así, esto genera alarma entre la población, en especial entre los pescadores.

A pesar de esto, ya se está trabajando para frenar el vertido de agua contaminada al mar. Los ingenieros japoneses, por su parte, están llevando adelante medidas desesperadas como, por ejemplo, usar sales de baño para tratar de encontrar la fuente de las filtraciones en el complejo nuclear de Fukushima. Estos hombres también tendrían previsto construir una especie de muro en el océano con el objetivo de impedir que la contaminación continúe expandiéndose. Mientras tanto, también siguen las tareas para recuperar el control de los reactores dañados en la planta.

Esta es la peor crisis nuclear desde la de Chernobil en 1986. Por este motivo, el gobierno japonés ha instado a TEPCO a actuar con más rapidez para evitar que la radiación se propague todavía más. Sin embargo, podría tardarse meses en controlar las fugas e incluso mucho más en recuperar el control de la planta. Aún así, se está trabajando contra reloj porque si la situación actual continúa por mucho más tiempo la acumulación de sustancias radiactivas tendrá un gran impacto sobre el océano.

El terremoto de magnitud 9 y el posterior tsunami que afectó el noreste de Japón fue el desastre natural más costoso del mundo. Afectó de manera significativa la economía y causó daños que podrían superar los 300.000 millones de dólares, lo que representa la mayor crisis de Japón desde la Segunda Guerra Mundial.

Fuente: ansalatina.com, europapress.es, REUTERS.

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